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Seguramente has comprado en línea en los últimos años, ya que la contingencia sanitaria nos ha obligado a limitar las compras que hacíamos de manera presencial. En este tipo de compra en particular, es importante saber cuidarnos para no poner ni nuestro dinero ni la seguridad de nuestros datos personales en riesgo.

A nivel sistémico, el Banco de México nos cuida, es decir, vigila los sistemas de pago que hacen estas transacciones posibles. Entre las ventajas de las compras en línea está el hecho de poder pagar de manera rápida y fácil, normalmente dentro de 48 horas. Los sistemas de pagos electrónicos que generalmente se utilizan para realizar estos pagos, son las tarjetas de crédito, débito y las transferencias electrónicas vía SPEI, el cual es un sistema que desarrolló el Banco de México en colaboración con la banca, con la finalidad de facilitar a las instituciones financieras del país la automatización de los pagos.

Lo que puedes hacer a nivel personal

A nivel personal, los riesgos que enfrentamos al hacer pagos en línea son comunes, éstos incluyen entre otros los intentos dirigidos a engañarnos para que entreguemos datos suficientes para hacer pagos a nuestro nombre, o para propiciar la instalación de código malicioso a nuestros dispositivos.

Un primer paso para evitar estas situaciones es asegurarnos que estamos realizando compras sólo en comercios de confianza, que el sitio no sea de dudosa procedencia. Podemos buscar en internet el nombre del vendedor para saber si es reconocido y tiene buenas calificaciones, o al contrario, los consumidores han tenido experiencias desagradables, por un mal servicio u otra razón.

Es conveniente leer las políticas de privacidad y los historiales de compras de los usuarios. Antes de comprar cualquier producto de una empresa desconocida, hay que fijarse en los protocolos de seguridad digitales, los datos del portal deben de ir cifrados, con la confiabilidad que ofrece los signos “https”. 

Te recomendamos hacer lo siguiente:

    • Mantener actualizadas las aplicaciones a través de las cuales realizamos las compras y transferencias en línea.
    • Activar las notificaciones para que nos reporten cualquier movimiento que ocurra en nuestras cuentas.
    • Consultar un par de veces al día los movimientos que se han realizado en nuestras cuentas, para validar que están conforme a la actividad realmente realizada.
    • Limitar o ajustar el monto de los movimientos que estimamos realizar en nuestras cuentas.
    • Tener una cuenta base que no utilizamos para compras en internet, y otra en la que sólo manejemos las cantidades requeridas para nuestras compras, para limitar una posible sustracción de fondos.
    • Utilizar la tarjeta de crédito o débito digitales que manejan números temporales. Algunos bancos permiten “apagar” y “encender” tus tarjetas de crédito conforme las vayamos a utilizar, lo cual también reduce nuestra exposición.
    • Evitar realizar pagos en línea con tus tarjetas de crédito o débito, o transferencias SPEI en sitios de apuestas, de contenido para adultos, de juegos o similares.
    • Ser precavidos al acceder a enlaces que llegan inesperadamente a correo electrónico, SMS, llamada telefónica, redes sociales, u otros medios digitales, incluso si el remitente pareciera ser nuestro propio banco o alguien conocido.
    • No aceptar apertura de cuentas, tarjetas bancarias o asociadas a créditos (pre aprobadas), si no lo hemos solicitado.
 

Las compras en línea son muy útiles ya que ahorramos tiempo, podemos comparar precios desde la comodidad de nuestra casa y ayudan a mantener la sana distancia. Pero debemos de estar atentos para detectar cualquier señal que nos alerte de un posible robo de identidad o intento de fraude.
 

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