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Los riesgos que tienes que conocer antes de invertir en activos virtuales

 

Por: Banxico Educa

4 de agosto 2021

 

¿Es una buena idea invertir en activos virtuales? Hace diez años casi nadie sabía de su existencia. Por distintos motivos, hoy en día, empresas, hogares y el propio gobierno están sumamente interesados en el tema.

Si bien el dinero ha estado en continua evolución desde su aparición, en los últimos años hemos sido testigos de una irrupción tecnológica: el dinero digital.[1] Este salto cambió nuestra forma de ahorrar, invertir y pagar. Muchos emisores de este dinero digital son empresas conocidas, entre ellos bancos comerciales, pero otros lo que en realidad ponen a circular son activos virtuales que ni siquiera son dinero y no están respaldados por instituciones o autoridades.

Al día de hoy, se estima que en el ecosistema existen más de 4,500 distintos tipos de activos virtuales en circulación, con un proceso de creación relativamente sencillo. No obstante, la mayoría de estos activos tienen una baja capitalización de mercado, es decir el valor de sus acciones es muy reducido. De ahí que se observe una alta concentración de mercado.[2]

Un activo virtual, conocido comúnmente como criptomoneda, es una unidad de información almacenada electrónicamente y protegida con claves secretas que sólo pueden ser descifradas por su propietario. Es un activo especulativo y son valiosos en la medida en que los tenedores lo crean así.

No tiene un valor intrínseco sino extrínseco, o sea que no tiene un valor inherente como una acción, sino que su valor se deriva de factores externos. Su precio se determina por factores de oferta y demanda.

En suma, el activo virtual reconoce la propiedad a favor del tenedor y le da la posibilidad de transferirla a otro tenedor con el apoyo de un registro público. Cada transacción es procesada y verificada por equipos informáticos de manera descentralizada por empresas conocidas como mineros que reciben como compensación un pago en activos virtuales.

Finalmente, debido a que los activos virtuales no cuentan con el apoyo o respaldo de una autoridad, la verificación de la identidad del propietario se realiza a través de criptografía. Dicha encriptación evita problemas de falsificación y doble gasto, es decir que se use ilegalmente más de una vez. Sin embargo, un pendiente sobre la validación de las transacciones es la cuantiosa cantidad de energía que consume la minería de activos virtuales debido al complejo proceso computacional requerido.

¿Qué tan similar es un activo virtual a un activo financiero?

A diferencia de otros activos, el rendimiento y el riesgo de un activo virtual dependen de factores estrechamente relacionados con el mercado de dichos activos. En particular, el impulso del mercado, es decir la tendencia, y la atención que reciba de los inversionistas. Los cambios en su valor no dependen tanto de factores macroeconómicos o financieros.[3]

Por ejemplo, el valor del Bitcoin se redujo casi 50% en un lapso de algunas semanas. La suspensión de la aceptación de Bitcoins para la compra de automóviles de Tesla y la posible introducción de medidas contra la minería de Bitcoins en China condujo a una venta masiva de dichos activos virtuales.

Alerta sobre los activos virtuales

Los inversionistas se sienten atraídos por una percepción de alto rendimiento[4] y por la promesa de reducir comisiones al reemplazar a las instituciones y autoridades financieras con un sistema descentralizado. Los bancos centrales han realizado una labor importante de alertar sobre sus problemas y riesgos. Existen diversos cuestionamientos pues no pueden ser considerados como un sustituto de moneda, debido a que no cumplen a cabalidad las funciones del dinero.

En primer lugar, casi no se usan como medio de intercambio por sus altos costos de transacción, tiempos de pago lentos, baja aceptación de comercios y retención especulativa de tenedores por expectativas de ganancias futuras. En segundo, su utilidad como depósito de valor es ineficiente debido a su alta volatilidad. En tercero, también la volatilidad obliga a los negocios a que frecuentemente ajusten sus precios en términos de un activo virtual, lo cual hace muy poco práctica la función de unidad de cuenta.[5]

Si bien invertir en activos virtuales parece relativamente sencillo, hay que tener mucho cuidado al hacerlo y como cualquier otro activo entender su naturaleza. El riesgo está presente en cualquier inversión y ello obliga a asumirlos con medida. Por una parte, la pérdida en el sector de activos virtuales a través de robos, piratería y fraudes es elevada: 1,900 millones de dólares en 2020.[6] Por otra parte, los activos virtuales están en una fase de innovación por lo que muestran una alta volatilidad, lo que implica en finanzas un gran riesgo. Conocer cuándo disminuirá dicha volatilidad es difícil de saber.

Nota: Una primera versión de este artículo se publicó en la revista Proteja su dinero, Condusef julio 2021.
 

[1] Carstens, A. (2021). Digital currencies and the future of the monetary system. Hoover Institution policy seminar.

[2] Según el sitio statista.com, los 20 activos virtuales con mayor participación representaron el 90% del total del mercado durante febrero de 2021.

[3] Liu y Tsyvinski (2018). Risks and Returns of Cryptocurrency. National Bureau of Economic Research.

[4] Entre 2015 y 2017, dos de los activos virtuales más importantes y con información histórica, Bitcoin y Litecoin, registraron un rendimiento promedio veinte veces mayor que el de inversión de capital. Ver Cudd, et. al. (2018). Cryptocurrency Returns.

[5] Otros problemas son el elevado costo de transacción y su difícil escalabilidad. Para mayor detalle, ver Banco de México (2019). Sobre los activos virtuales, los riesgos relevantes y el posicionamiento del Banco de México.

[6] Chiphertrace (2021). Cryptocurrency Crime and Anti-Money Laundering Report. May 2021.

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