Una de las tres finalidades del Banco de México es el buen funcionamiento de los sistemas de pagos. Trabaja estrechamente con otras autoridades, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para vigilar, administrar y reforzar la seguridad y eficacia de los sistemas de pagos.

El Banco de México también administra el sistema de pagos más grande del país: el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI®).

La confianza en los sistemas de pagos se sustenta en la seguridad, facilidad y eficiencia para llevar a cabo millones de transacciones económicas y financieras. Cualquier falla en alguno de ellos puede poner en riesgo la liquidez del sistema financiero y afectar la actividad económica y financiera del país. Estos riesgos pueden ser operativos, financieros, legales y sistémicos.

La facultad de los bancos centrales de proveer moneda nacional es clave para el buen funcionamiento de la economía. Además de cuidar que el dinero mantenga su valor, supervisan que los mercados, mecanismos y medios a través de los cuales circula, sean los idóneos para movilizar el ahorro y la inversión, considerados como la base del progreso económico.