Conforme crecemos y nos incorporamos al mercado laboral, aumenta la necesidad de recursos financieros para poder cubrir nuestras necesidades, deseos, deudas por pagar (financiamientos), ahorrar, invertir e incluso realizar donaciones. Lo recomendable es que anotes periódicamente (ya sea semanal, quincenal, mensual), cuánto dinero recibes y a qué lo estás destinando.

Este registro de ingresos y gastos, te permite saber en qué estás gastando de más o en qué cosas puedes dejar de gastar para asignar mejor tu dinero, e incluso proponerte metas de ahorro para conseguir ¡aquello que tanto deseas!  Con esa información podrás conformar tu presupuesto y conocer el destino de tus ingresos.

El dinero nos permite hacer planes para comprar en el futuro, por medio del ahorro.
Éste se relaciona con el consumo, es decir, la compra de cosas específicas que tenemos en mente adquirir en el corto, mediano o largo plazo, así como con la creación de “guardaditos” para cualquier imprevisto.

El dinero te permite hacer uso del financiamiento con la promesa de devolver el dinero en cierto tiempo, y en diversas ocasiones a cambio de una cantidad extra del monto original. Es importante tener presente que los créditos no son una mala decisión cuando los contratas adecuadamente y estás seguro de que puedes hacer frente a los compromisos de pago que adquiriste.