Cuando el Banco de México cumple con su objetivo de mantener estables los precios de la mayor parte de los bienes y servicios, brinda a las personas mejor información para poder tomar decisiones de qué hacer con su dinero. Ya sea gastarlo en el consumo de bienes y servicios, ahorrarlo para un objetivo específico, invertirlo en un instrumento financiero, emprender un negocio o pedir prestado para anticipar la compra de algo.
La estabilidad de precios permite a los individuos y familias confiar en que pueden adquirir más o menos la misma cantidad de bienes y servicios hoy, mañana, semanas o meses después. Al gobierno le permite hacer planes para las contrataciones que necesita para garantizar los servicios públicos que ofrece a los ciudadanos; a los productores y empresas, tener mayor información sobre los costos de sus insumos y fijar sus precios, dándoles certeza para realizar nuevas inversiones.
Si no existiera esta estabilidad y los precios subieran constantemente, sería complicado hacer planes a futuro.