Hay eventos que no podemos predecir, tal es el caso de un terremoto, un incendio, una enfermedad, un accidente, un despido inesperado, etc.; y otros que sabemos que en determinado momento van a presentarse, como el nacimiento de un hijo, la compra de una propiedad, el pago de la educación, emprender un negocio o la jubilación, sólo por mencionar algunos. Por eso es importante estar asegurado.

El ser previsor y anticiparte a este tipo de situaciones, por su probabilidad de ocurrencia, te permite tomar acciones para evitar de manera anticipada un riesgo (evento desfavorable o acontecimiento que dañe tu patrimonio). A esto se le conoce como prevención y la forma de llevarla a cabo es a través de la contratación de los seguros que se ajusten a tus necesidades y presupuesto.

En ocasiones las personas piensan, actúan y tienen expectativas a corto plazo y confían en que no les va a suceder nada; la contratación de un seguro no la consideran como una inversión y regularmente desconocen sobre su funcionamiento.

Sin embargo, al ser víctimas de un siniestro o imprevisto, los efectos adversos en sus finanzas se ven reflejados en su nivel de endeudamiento, agotamiento de sus ahorros, venta de activos (automóvil, casa, joyas, etc.), atraso en el pago de sus compromisos financieros e incluso el deterioro en la calidad de vida familiar, entre otros.

El dinero te permite contratar seguros para proteger tus finanzas personales, tu patrimonio y asegurar el bienestar de tus seres queridos ante un imprevisto.