El Banco de México es un órgano constitucional autónomo que tiene como objetivo prioritario cuidar el valor de nuestro dinero a lo largo del tiempo. Se inaugura en 1925 para instaurar el surgimiento de un nuevo sistema bancario, reactivar el crédito y recuperar la confianza de los mexicanos en el uso del papel moneda, mediante la emisión exclusiva de moneda nacional a cargo del banco central.
En 1994, se reforma el artículo 28 constitucional concediéndole plena autonomía, al ser está un medio para que el Banco de México cumpla de manera más eficaz sus funciones y provea a la sociedad de los bienes públicos que implican la estabilidad de precios, el sano desarrollo del sistema financiero y el buen funcionamiento de los sistemas de pagos.
La autonomía de gestión del Banco, que contempla la Ley, se sustenta en la conformación de un órgano colegiado para la toma de decisiones: la Junta de Gobierno, integrada por cinco miembros que tienen las condiciones para ejercer sus funciones con total independencia.