Es una rama de la economía que estudia cómo los factores psicológicos, sociales, emocionales y cognitivos afectan las decisiones económicas de los individuos.
A diferencia de la teoría económica tradicional, que supone que los agentes son completamente racionales y siempre toman decisiones que maximizan su bienestar, la economía del comportamiento reconoce que las personas no siempre actúan de manera racional y que sus decisiones pueden estar influenciadas por diversos sesgos.