Actualmente, la gran mayoría del dinero se guarda en cuentas bancarias o en instrumentos y activos financieros y se le conoce como dinero electrónico, el cual se puede intercambiar a través de transferencias electrónicas que implican la modificación de los registros de valor, en los estados de cuenta de nuestras cuentas bancarias, mediante instrucciones de cargo o abono electrónicas con altos niveles de seguridad.
El dinero electrónico está correspondido por saldos en moneda nacional que proveen los bancos centrales, depositados en las cuentas de instituciones financieras, como los bancos. Para usarlo o acceder a él, son necesarias las infraestructuras tecnológicas, cómo SPEI y CODI, entre otras.
Para usar el dinero electrónico y darle movimiento, existen diferentes medios como tarjeta de débito, cheques, token, transferencias electrónicas y digitales por medio de dispositivo móvil, como los celulares, entre otros.